En la evolución del Arte Románico podemos diferenciar tres fases.
Primer Románico
Comprende todo el siglo XI y comienzos del siglo XII.
Tiene su origen en el norte de Italia. Más tarde se extendió por
el norte de Cataluña y aragón, así como por el sur de Francia.
En este estilo se utiliza la piedra escuadrada pero no pulida. Los templos se
cubren con bóvedas pétreas de cañón y horno. Dejan
de utilizarse las columnas para emplear los pilares. Las naves son más
amplias y elevadas que los edificios prerrománicos precedentes. En esta
etapa no existe figuración escultórica.
Segundo Románico
Llega a España a finales del siglo XI y comienzos del XII.
T iene su origen en Francia. A través del Camino de Santiago se difunde
geográficamente.
Se trata de un estilo más armonioso, de gran belleza y equilibrio de
las formas. Es la fase más noble del estilo.
Su arquitectura es sobria pero de una gracia y equilibrio no alcanzados en otros
estilos.
Tardorrománico
Este estilo se desarrolla a partir de mediados del siglo XII y comienzos del
XIII.
Este estilo evoluciona hacia formas más recargadas y preciosistas. Se
trata de la evolución más tardía del estilo.
En lo referente a lo arquitectónico, se combinan formas románicas
y góticas.
En este periodo, la escultura se desprende del carácter simbólico
y se acerca de forma decidida al naturalismo.
Los monasterios cistercienses tuvieron un desarrollo espectacular a lo largo
y ancho de Europa durante el siglo XII y parte del XIII. Francia fue el foco
de estos rasgos peculiares.
En Francia, esta fase final del románico, llevó a la construcción
de templos realmente espectaculares por su barroquismo. El mayor ejemplo lo
encontramos en la espectacular iglesia de Notre Dame la Grande de Poitiers.
Sin embargo, en España, este estilo se desarrolla de manera desigual.
De todas formas, podemos destacar como construcción emblemática
la iglesia de Santo Domingo de Soria.
Románico Mudéjar
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Se trata de un estilo exclusivamente español en el que se combinan formas
estructurales románicas con decoraciones musulmanas propias de
los mudéjares que iban quedando en los territorios conquistados
por los cristianos a los musulmanes.
Los volúmenes son básicamente los mismos que los románicos
de piedra, limitados por las diferencias de material. Se utiliza mucho
el juego de arcos ciegos, alfices, frisos de esquinillas o ladrillos a
sardinel para adornar los muros. Estas nuevas características hacen
que pierda la figuración escultórica típica del Románico.
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